Los próximos 30 años, profesionales high-end y low-end

Antonio Gonzalez barrios el presidente de mi compañía hace poco compartio con nosotros este fragmnto de "Los próximos 30 años” de Álvaro González-Alorda. www.losproximos30.com.
Me ha parecido enriquecedor así que espero que os aporte algo.

Profesionales high-end y low-end
En noviembre de 2005, Mckinsey publicó un informe titulado The vanishing middle market (5), sobre la polarización del mercado. Explica cómo la demanda en muchos sectores e industrias tiende a desplazarse hacia los extremos. De modo que, o se va al high-end (productos y servicios sofisticados y complejos para clientes con necesidades altas), o se va al low-end (productos y servicios simples y de pocas prestaciones para clientes con necesidades bajas). Mientras que en el middle-market (caracterizado por vender productos y servicios con prestaciones medias, con un precio medio y para un cliente medio), la demanda tiende a contraerse.


Con un ejemplo se ve más claro. En el sector hotelero, la demanda se está yendo desde hace años a propuestas high-end como la de SHA Wellness Clinic (6), en donde los clientes buscan una sofisticada experiencia basada en la alimentación macrobiótica, o a propuestas low-end como la de la cadena Ibis (7), en la que los clientes necesitan una mera habitación donde dormir, sin excesos de ningún tipo. Y son los indiferenciados hoteles middle market, precisamente aquellos que en los 80 y en los 90 se llenaban casi con solo abrir las puertas, los que —a pesar de haber hecho mejoras incrementales en sus instalaciones, como poner un spa— ahora acaban «regalando» habitación, desayuno y green fee por 60 € debido a la falta de un concepto integral y diferenciador. En otras palabras, compiten en una zona del mercado en la que hay muchos hoteles ofreciendo prácticamente lo mismo y en la que la demanda tiende a disminuir.

Mi intuición es que a los profesionales nos va a suceder lo mismo. O te formas en instituciones de primer nivel, no dejas nunca de estudiar y de aprender, y te especializas para aportar verdadero valor al mercado, a cambio de una alta retribución (profesional high-end); u optas por una capacitación mucho más simple y rápida, que te permita acceder a puestos de trabajo muy requeridos y moderadamente retribuidos (profesional low-end). Ya que hay un exceso de profesionales middle-market, que están «demasiado» cualificados para las tareas que realizan y el valor que aportan a sus empresas, y que pretenden alcanzar o mantener retribuciones altas. En este tramo, por tanto, la batalla por la supervivencia será más dura. Por otra parte, muchos de los puestos de trabajo de los próximos treinta años no se han diseñado todavía. Y este reto lo van a liderar los profesionales despiertos que sepan capacitarse para desempeñar nuevas tareas críticas de las empresas (ejemplo A) o resolver ineficiencias estructurales (ejemplo B) que han sido soportadas en tiempos de bonanza, pero que resultan insostenibles en los tiempos que corren.

• Ejemplo A: La innovación que hoy está pidiendo el mercado requiere una transformación empresarial que implica a toda la organización en la revisión del modelo de negocio. Y para afrontar con éxito este enorme desafío, conviene contar con un especialista en procesos de innovación que conozca los más avanzados modelos conceptuales de innovación y que tenga experiencia implementándolos en distintas empresas.

• Ejemplo B: Los gastos de desplazamiento y de alojamiento son una herida en la estructura de costes de muchas empresas. Para abordar este reto normalmente no basta con pedir al departamento técnico que se encargue de instalar webcams en los ordenadores y software como Skype o el video-chat de Gmail, que ofrecen versiones gratuitas con aplicaciones fenomenales para realizar videoconferencias. En muchos casos, no sólo se requiere tecnología, sino contar con un especialista en herramientas de comunicación 2.0 que ayude a la empresa a implementar un cabal rediseño de los procesos de trabajo, con el fin de lograr una coordinación excepcional entre departamentos y de acelerar así la velocidad de crucero de la empresa, reduciendo a la vez los costes.

Estos especialistas pueden ser contratados como un empleado más o bien subcontratados como un consultor externo. Pero, en el segundo caso, con la sustancial diferencia de que ya no es necesario contar con los servicios de una gran consultora —algo inaccesible para las pequeñas y medianas empresas—, ya que cada vez habrá en el mercado más profesionales con marca personal (ver capítulo #13), y con más cualificación y experiencia que los consultores júnior que acaba por enviarte la gran consultora, tras un impecable proceso de venta liderado por veteranos espadachines de la consultoría.

La polarización de los profesionales tiene implicaciones tanto para ti como para las empresas. En tu caso —asumo que, si estás leyendo este libro, es porque quieres ser protagonista de los próximos treinta años— te toca diferenciarte en el mercado de profesionales por ser excelente en aquello en lo que sueñas serlo. Y a las empresas, por su parte, les conviene reconsiderar las políticas de contratación basadas en «enjaular linces», ya que cada vez es más insostenible contratar a profesionales sobrecualificados para realizar tareas de valor medio o bajo.

Si no tomas medidas para ser excelente, probablemente vendrá un tropel de Jóvenes Aunque Suficientemente Preparados (los nuevos JASP, como aquel famoso anuncio del Renault Clio (8)) a quitarte tu puesto de trabajo por una retribución menor y un esquema más flexible, mientras tú te quedas perplejo considerando para qué te ha servido una carrera y un MBA... Ya se siente el temblor de sus pisadas.

En pocas palabras: ¿Y tú qué quieres ser, un profesional high-end o un profesional low-end? Recuerda que no tiene buena pinta quedarse en el medio...

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